Sistemas CTS y patentes
Como no pude asistir a la sesión de clausura hago una reflexión sobre las patentes. La entrada ¿Merece la pena patentar? Me ha parecido muy interesante ya que es lo primero que me viene a la mente cuando oigo hablar sobre patentes: ¿cuáles de los dos intereses es el que predomina, el del inventor o el interés de la ciencia en general? ¿Estos intereses merecen la pena cuando una gran consecuencia es un retraso en el avance de la ciencia, tecnología y bienestar?
El texto de Nadando contra patentes refleja un ejemplo muy bueno de la realidad de los intereses que no es del inventor ni el avance de la sociedad, es lo que mueve el mundo, el dinero. En el ejemplo del texto, tal y como comenta “..ha dejado de interesar sólo la cura. La estrategia ahora no es buscar lo mejor, sino lo mejor-no-patentado.” ¿Hasta qué punto merece la pena esto? Creo que la investigación en ciencia ya es suficientemente compleja como para que se investigue dentro del ámbito privado cada uno a lo suyo, sin una puesta en común para aprender y evolucionar.
Ahora, pongámonos a verlo de la otra manera. ¿Qué ocurre si tenemos un invento y no tenemos patente? Muy simple, nadie va a querer invertir dinero en algo que no está protegido y que es de dominio público. ¿Por qué? Volvamos al ejemplo del texto: “…necesita una patente o nadie pondrá dinero para pagar los estudios clínicos. La empresa que va a invertir en nuestro candidato necesita ese secretismo que rodea a la patente para que, una vez en marcha, se pueda invertir seguro sabiendo que si al final funciona, sólo ella va a sacarle beneficio.” Una inversión necesita protección y si no se patenta, no se protege.
Entonces, ¿qué es lo correcto? Parece que para avanzar en ciencia tenemos que poner más obstáculos y realizar el proceso más lento para que sea más seguro. Curioso avance, curiosos intereses.
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